Rionegro también es ciudad del bicentenario de la independencia

La hidalga ciudad de Rionegro fue epicentro del homenaje al pueblo antioqueño por su papel preponderante en los momentos más trascendentales de la gesta independentista que vivió la Nación hace 200 años.

Mediante un evento conmemorativo se rindió tributo de admiración afecto y respeto al general José María Córdova, remembrando la dimensión histórica de la entrada de su división libertadora de la Provincia de Antioquia a Rionegro, catalogada como decisiva para la gesta nacional emancipadora y que consagró la independencia del pueblo antioqueño.

El hecho histórico que sucedió el 28 de agosto de 1819, fue exaltado en un acto que incluyó una ofrenda floral, honores militares y musicales, representación teatral de los hechos, la develación de una placa conmemorativa en el parque principal de la ciudad y discursos de las autoridades nacionales, locales y regionales.

El evento fue encabezado por la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez; la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho; el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez; y el alcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón Cardona, quienes hicieron memoria de la importancia de este suceso. En su discurso, la vicepresidenta expresó unas sentidas palabras en homenaje a los antioqueños y a aquellos héroes que hicieron parte de este proceso de independencia hace 200 años.

“Hoy conmemoramos el ingreso de la División libertadora de la Provincia de Antioquia, en un gesto militar y político que contaba con el espíritu avivado de libertad que se esparció en Antioquia y encontró el respaldo de las gentes antioqueñas, porque la independencia desde el 7 de agosto de ese año ya no sería más una palabra clandestina y la libertad estuvo presente en las conversaciones cotidianas, en la casa y las calles sin el temor a la persecución”.

Señaló también que “la emblemática ciudad de Santiago de Arma de Rionegro nos permite mostrarle al país que la independencia absoluta de la corona española no se logró en un solo día, en una sola batalla, ni fue un asunto exclusivamente militar, por eso debemos trabajar para que el respeto y la integridad la promulguemos todos los días”.

La alta funcionaria recordó también el legado de hombres y mujeres rionegreros o que, en su paso por Antioquia sembraron semillas de libertad y desarrollo, como Juan de Dios Morales, Juan del Corral, José María Montoya, Laureano García, Simona Duque de Alzate, Crisanto Córdova, Salvador Córdova, así como a Javiera Londoño, quien escribió en 1757 su testamento en vida para quitar las cadenas de la esclavitud a varias familias en Rionegro.

El alcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón Cardona, destacó precisamente que “Rionegro es una ciudad de héroes, la historia los ratifica y nosotros nos encargamos de mantener vigente su recuerdo”, al tiempo que expresó el placer de “recibir esta conmemoración”. “En Rionegro respiramos no solo aire puro sino la historia de las grandes gestas que hacen parte del bicentenario”, declaró también en uno de los apartes de su discurso que se centró en hacer un recuento de hechos memorables acaecidos en la ciudad durante estas épocas.

De otro lado, uno de los sucesos destacados durante el evento conmemorativo fue la exhibición de la corona que Simón Bolívar le ofrendó al general José María Córdova y que reposa en el museo de la Catedral de Rionegro. La vicepresidente Marta Lucía Ramírez y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, confluyeron en solicitar que este elemento histórico fuera exhibido en un lugar de más fácil acceso donde pueda ser contemplado y admirado por todo el público, dado su valor patrimonial y símbolo del honor de los valores republicanos e independentistas.

El homenaje a Córdova y al pueblo antioqueño hace parte de la celebración del bicentenario de la independencia de Colombia, la cual se extenderá durante todo el periodo del actual Gobierno y que pretende hacer un recorrido por los escenarios emblemáticos de la República en los que ocurrió algún suceso relacionado con la gesta emancipadora. La hidalga ciudad del Oriente es, precisamente, uno de esos escenarios.