Agujeros negros, Rigel y Orión

La mayor parte de los agujeros negros conocidos tienen un origen estelar. Son las sobras
que quedan cuando una estrella masiva muere. Eso significa que las estrellas son al menos
10 veces más grandes, en masa, que el Sol. Esas estrellas son raras, pero existen: un
ejemplo es Rigel, que tiene una masa unas 20 veces mayor que el Sol, y es la estrella más
brillante de la constelación de Orión, ahora a finales de julio visible poco antes del
amanecer, hacia el este. En el extremo de Orión, en el hombro, está Betelgeuse (que
supuestamente vendría del árabe también y significaría “en el brazo del gigante”), una
gigante roja cuya diferencia de color con Rigel es espectacular y apreciable a simple vista.
Pues bien, una estrella como Rigel, que no es de las más masivas conocidas, vive “solo”
unos 15 millones de años. Ya lleva unos 8 millones de años entre nosotros, así que en un
tiempo parecido a lo que ha pasado desde que se secara el lago Paratetis, Rigel puede
explotar como supernova y dejarnos un agujero negro.