A sus 79 años el artista peruano Pablo Marcos ha hecho más de 500.000 dibujos, desde ilustraciones del cuerpo humano para estudiantes de su colegio hasta los cómics más destacados en todo el mundo, además de sus pinturas y caricaturas. Ha ilustrado más de 100 clásicos de la literatura universal y en la actualidad sus cómics de las series “Tarzan de los monos” y “La tierra que el mundo olvidó” los distribuye una compañía norteamericana en todos los continentes.
Nacido en la provincia peruana de Chincha, a los ocho años su abuelo le pidió que lo dibujara y así comenzó a desarrollar su talento. Luego en el colegio los profesores le pedían que hiciera ilustraciones del cuerpo humano para las clases de ciencias naturales. Tanto se destacó en el dibujo que a los 13 años comenzó a trabajar en un periódico ilustrando las principales noticias. No estuvo en ninguna escuela de arte porque su padre consideraba que un dibujante no ganaría para poder vivir, pero en cambio se graduó en Ciencias Económicas, profesión que nunca ejerció porque siempre seguía dibujando.
“Lo mío era el dibujo pero no tuve la oportunidad de ir a una escuela donde tal vez hubiera mejorado mi trabajo. Todo lo que aprendí fue a través del trabajo en distintas publicaciones”, afirma el maestro.
De Perú pasó a México con su primera esposa y cuatro hijos. Se casó muy joven, a los 18 años. En ese país murió su compañera pero él seguía prosperando por su facilidad para crear y dibujar héroes y personajes de ciencia ficción.
De México se fue a trabajar a los Estados Unidos en las grandes editoriales de cómics, hasta llegar a la principal que era Marvel. En ese país conoció y se casó con la pintora carmelitana Myriam Giraldo hace 27 años y a pesar de la gran cantidad de trabajo que tenía en Norteamérica, cuando su esposa le dijo que quería venir a Colombia porque su madre estaba enferma, vendieron todo y se radicaron hace seis años en El Carmen de Viboral.
MUCHOS PROYECTOS
Aunque la obra de Pablo Marcos se conoce en el Eje Cafetero, Valle del Cauca y Antioquia, principalmente, tiene más reconocimiento internacional porque aquí es poco lo que ha hecho. “Solamente estoy visitando y disfrutando de los paisajes y de los pueblos que son tan bonitos. El calor humano de la gente, especialmente la de Antioquia, donde son muy especiales, muy cariñosos, muy comunicativos y estoy muy contento viviendo en El Carmen por cuyos campos camino con Myriam todas las mañanas antes de comenzar a trabajar”.
Pero no solo las personas y el paisaje antioqueño atraen la atención del maestro, pues ha entendido que este es un país virgen para trabajar su especialidad que son los héroes, pero sacados de la historia real de los pueblos.
Está pendiente de un proyecto que le expusieron para ilustrar los Mitos y Leyendas de Antioquia, para lo cual dice que crearía un héroe para cada caso. En su mente ya tiene una heroína y un héroe indígena, basado en las investigaciones que ha realizado sobre la historia de Colombia y espera la oportunidad para sacarlos pronto.
Tiene otro proyecto con la Universidad de Nebraska, Estados Unidos, para producir revistas a partir de cómics para enseñar a leer a los niños, porque definitivamente a los menores no les gusta leer libros. En fin, en la mente del maestro Pablo Marcos hay tantas ideas como si fuera a vivir 100 años más.
“Yo le digo a Myriam: cuando me muera ponme un lápiz y un papel por si acaso se me ocurre dibujar en el más allá”.
