Las estufas eficientes presentan una reducción promedio en el consumo de madera del 55 %. 2.286 muertes registradas en 2015 en la zona rural del país, se atribuyen al uso de leña y carbón para cocinar. Para el común de las personas su día a día puede iniciar desde las 5:00 a.m.
En las ciudades tomar un encendedor para prendar una estufa y preparar los alimentos es algo tan cotidiano, habitual, práctico, pero a la vez tan diferente de lo que ocurre en los hogares de los campesinos. Precisamente en esas zonas rurales, alejadas de la civilización y donde incluso los servicios públicos no han hecho su arribo, las amas de casa deben jugársela para que los alimentos estén listos a tiempo, poniendo en riesgo su integridad física, la salud propia y de sus hijos y afectando el medio ambiente ¿la razón? Su estufa se reduce muchas veces a dos o tres piedras que conforman lo que comúnmente conocemos como fogones de leña.
Estos medios que durante décadas han sido la única manera de preparar las comidas en el campo, son a su vez un enemigo para la salud de quienes se benefician de ellos, y por supuesto, del medio ambiente por su emisión de monóxido de carbono, material particulado y otras sustancias generadas durante el proceso de combustión a campo abierto. En mayo pasado se conoció un estudio del Departamento Nacional de Planeación (DNP) en el que se revela que en el 2015, hubo 10.527 fallecimientos en las zonas urbanas relacionados con las emisiones de chimeneas y vehículos en las ciudades, y 2.286 en la zona rural, que se atribuyen a la contaminación del espacio interior en casas y establecimientos, específicamente por el uso de leña y carbón para cocinar.
Ambas cifras son preocupantes, sin embargo, son muchas las acciones que se adelantan para frenar las consecuencias de la polución en las ciudades, a través de sistemas de monitoreo de la calidad del aire, control y seguimiento a fuentes contaminantes tanto fijas como móviles, entre otras, pero ¿qué se ha hecho para disminuir los casos de muertes y enfermedades ocasionadas por la contaminación en los hogares rurales? Cornare trabaja para mejorar la calidad de vida de la población rural: En el mismo informe del DNP se señala que entre las acciones para controlar el deterioro de la calidad del aire interior, se encuentra la implementación de estufas eficientes, labor en la que Cornare lleva cerca de 25 años de recorrido y en los que ha logrado llegar a más de 28 mil hogares campesinos con estos sistemas de combustión, a través del proyecto denominado Huellas.
La Corporación decidió masificar las estufas eficientes en su jurisdicción con el fin de mitigar las emisiones al medio ambiente e impacto en la tala de bosques generados con el uso de fogones con leña, pero con ellas llegó también la posibilidad de mejorar la calidad de vida y la salud de la población rural.
“Si bien el problema de la contaminación en las ciudades está en toda la cotidianidad y todas las zonas tanto públicas como privadas, en los campos está reducido a las viviendas. Es posible que el problema de contaminación sea peor en una vivienda campesina que en Medellín en el peor de los momentos, porque allí sí está concentrado el material particulado y todos los efectos que genera la cocción de alimentos con leña”.
precisó Carlos Mario Zuluaga Gómez, director general de Cornare.
En un estudio adelantado por Cornare y la Universidad de Antioquia en 2011 a través del cual realizaron el comparativo entre los fogones tradicionales y las estufas eficientes, se encontró que estas últimas presentan una reducción promedio en el consumo de madera del 55 %, reducen las emisiones de material particulado en un 59%, reducen la cantidad de material particulado respirable presente en la zona donde se realiza la cocción de alimentos en un 86% y disminuye el humo dentro de la cocina en un 98 %.
Así las cosas, los beneficios ambientales con el uso de estos sistemas de combustión cuyo diseño se han ido mejorando cada día desde la Corporación, son notables, pero detrás de ello están las cientos de historias de las mujeres campesinas a quienes la estufa eficiente les ha cambiado la vida.
Por ejemplo, Sandra Milena Giraldo Suárez, habitante de la vereda Quebradona Abajo del municipio de Granada, debía cocinar en un fogón de leña que se reducía a dos adobes en el piso y una pequeña parrilla.
“el tiempo que hace algunos meses me gastaba haciendo un solo alimento, es el mismo que ahora me gasto haciendo los tres o cuatro alimentos al tiempo”
explicó Sandra. Por su parte, María Élida Zapata Flórez, de la vereda Santa Rita del municipio de San Vicente, comentó que “antes yo cocinaba en una chimenea que le daba a uno todo el calor, el humo se salía, era mal hecha.
Me dio parálisis facial, sufría de neuralgias muy seguido, el viento me fastidiaba demasiado y los niños se enfermaban continuamente de gripe”. En la vereda La Honda del municipio de Sonsón, Mariela Martínez Ramírez y sus cuatro hermanas ya no tienen que dedicar gran parte de su día a recopilar la leña y cuidar el fogón para que no se apague, “hemos visto mucho la mejoría porque ya nos queda más tiempo para hacer las otras actividades, y ya no es ese humo ni ese pavesero en la cocina, las ollas son limpias, no se ahúman. Antes tenía que estar uno pendiente allá del fogón todo el día, en cambio con esta no, a mediodía o iniciando la tarde nos sentamos a coser”, narró Mariela. “Los habitantes del campo tienen que estar todo el día en función del fogón respirando los humos y las cenizas que éste genera, a diferencia de la estufa eficiente que hace que ya el ambiente en la casa y en el que van a cocinar sea distinto, sin humo y sin material particulado, por eso la meta de la Corporación es que en el 100 % de los hogares de estrato 1 y 2 que consumen leña cuenten con una de ellas”, manifestó Ana Isabel López Mejía, jefe de la oficina de Crecimiento Verde y Cambio Climático de Cornare.
Este proyecto contempla el establecimiento de un huerto leñero con especies que sean de rápido crecimiento para que los campesinos puedan tener la despensa de leña y no tengan que recurrir a un bosque, además, con la implementación de cada una de estas estufas permite que al año se dejen de emitir dos toneladas de CO2.
Finalmente, el Director de Cornare, quien resume que las estufas eficientes son “un plan de desarrollo en un metro cuadrado” anunció que se realizará un nuevo estudio para determinar la morbimortalidad por la contaminación por aire rural, que se concentrará en realizar un estricto seguimiento al estudio que se hizo en el 2011.