El legado al volante de Doña Blanca

Blanca Amparo Román, oriunda del municipio de La Ceja, es una mujer dedicada, amorosa y comprometida en su trabajo. Desde hace ya trece años es una de las pocas mujeres del municipio que conduce un automóvil de servicio público y transita día a día las calles del pueblo. Madre de dos hijos, uno de 16 y otra de 23 años, y junto a su esposo, quien también es conductor y le enseñó a conducir por primera vez, trabaja tras el volante y junto al acelerador para sostener su hogar ubicado a las afueras del municipio.

Siendo parte de 14 hijos, 7 hombres y 7 mujeres, vive cerca de la mayoría de ellos, pues su padre le dejó un terreno en donde cada uno de sus hijos pudiese hacer su vida y así, no estar lejos sus hijos de su familia. Todos sus hermanos son conductores, mientras que ella es la única de sus hermanas que trabaja en esta labor automovilística, dejando a un lado los prejuicios que se han impuesto sobre las mujeres como conductoras.

Con su tez morena, un cabello negro una hermosa sonrisa y su cadena de la virgen que carga en su pecho, acompaña cada día las calles de La Ceja transportando vidas, sueños y esperanzas. Es cuidadora, servicial y muy amable con todos sus pasajeros, brindando una comodidad no solo en la parte física de su miniván sino, también, desde la parte de sentirse protegido y acompañado todo el trayecto de viaje.