Los Parques Nacionales Naturales (PNN), albergan unos 20 millones de
hectáreas, que corresponden al 17% del área de coberturas naturales terrestres
del país, el 21% de los bosques y cerca del 30% de la biodiversidad conocida,
incluyendo 1606 especies endémicas y el 38% de especies con algún grado de
amenaza. Son claves, entre otros motivos, por su función como interceptadores,
reguladores, transpiradores o depuradores en el ciclo del agua.
El último informe de la iniciativa Parques Nacionales Cómo Vamos, “Diversidad y
territorios para la paz”, advierte la crítica situación en que se encuentran algunos
de los PNN. Actividades como la deforestación y la minería han aumentado en el
último año en los Parques. El documento también señala que tenemos un serio
problema de información sobre diversidad en estas áreas y alerta sobre la
situación financiera del Sistema de PNN.
Una de las regiones sobre las que el informe prende las alarmas es la Amazonia.
Especialmente el Parque Tinigua (Meta). Entre 2021 y 2022, pese a ser años con
fenómeno de La Niña, los puntos de calor se triplicaron, lo que se asocia con la
deforestación para acaparamiento de tierras y ganadería.
Este dato de Tinigua coincide con que en 2021 se perdieron más de 174.000
hectáreas de bosque, un 1.5 % más que en 2020, y el 77 % de esas hectáreas se
encuentran en Meta, Caquetá, Guaviare, Putumayo, Norte de Santander y
Antioquia. A esto se suma un informe de la Fundación para la Conservación y el
Desarrollo Sostenible, (FCDS), publicado en julio, que señala que el 16% de la
deforestación de la Amazonia en 2021, se concentró en Meta y recalca las fuertes
afectaciones del Parque Tinigua.