Durante el siglo XVIII hubo movimientos sociales de notoria altura, entre los que descolló la llamada insurrección comunera de La Mosca, originada en las reformas fiscales promulgadas por el entonces Regente Visitador Juan Francisco Gutiérrez de Piñérez. De conformidad con nuestra historia, el 17 de junio de 1871 tuvo su comienzo que maduró y extendió hasta el 16 de julio del mismo año: en ella participaron unos 300 hombres armados con trabucos, escopetas, machetes, chuzos, sables y espadas y llegaron a Rionegro, exigiendo se cumplieran sus demandas, consistentes, en esencia: 1 .- la anulación de nuevas rentas impuestas por la Corona española sobre consumo de tabaco y aguardiente, 2. que no se les cobrara “derechos sobre los productos de los trabajadores del mazamorreo” de los aluviones, 3 .-, que la administración de justicia no estuviera en cabeza de forasteros; 4 .-, la desaparición de la exacción y el despotismo de los funcionarios y 5.-, abolición de la recolección de caudales y frutos llamada “Armada de Barlovento”.
Los amotinados de Guarne querían se les permitiera, como a los de Sopetrán y Sacaojal, lavar el oro en las arenas de los ríos; además, que en el valle de San Nicolás no gobernaran, cual se anotó, los extraños en el ramo de la justicia.
El movimiento comunero ha sido interpretado como un anticipo de la independencia porque se estimó que era expresión de “furia popular” contra los funcionarios españoles y una natural aspiración a tener gobiernos con participación criolla: se dio un paso de bello sentimiento nacionalista. “La revolución…– escribió Don Miguel de Aguilera en “ Antecedentes históricos del 20 de Julio de 1810” – no fue acontecimiento que se produjera sorpresivamente, esto es, sin los síntomas peculiares de toda crisis social, como lo suponen quienes no ven en los hechos populares sino lo que brota en la superficie con mayor o menor estrépito.
Lo que el entendimiento ordinario descubre en la apariencia de los acontecimientos, el filósofo, el historiador y el sociólogo, lo hallan más claramente explicado en lo producido, casi siempre en silencio, durante los años anteriores, ora en el campo del pensamiento, ora en el radio de la acción perseverante de hombres conducidos por una idea o impulsados por una preocupación de perfeccionamiento”.
A nuestro paisano, el poeta Jorge Robledo Ortíz, pertenecen estos versos, musicalizados por el maestro Luis Uribe Bueno: Mi viejo Guarne encendido/ en lumbres de eternidad./ Fue en el alma de tus hijos/ que nació la libertad.// Bandera de azadones/ y consignas en el pan,/ unieron los corazones/ y salvaron la heredad.// Comuneros son tus nidos/ y comunera es tu sal;/ comuneros tus caminos/ el fique y la tradición.
“El Dios que creara este pueblo – reza letra de autor anónimo -, le dio fe, le dio amor, le dio paz”. En todo caso, cual lo estampamos en nuestro libro La insurrección comunera…, “en Guarne y sus cercanías se produjo una revolución…, no tan cruenta como la del Socorro, pero sí importante como antecedente histórico de la Independencia”.
Autor: Abelardo Ospina López
Publicado en el Periódico El Mundo