Te desanimas fácilmente, no te crees capaz o lo suficiente bueno en algo, te exiges desmedidamente, te sientes inferior a los demás…
Si algo asi te sucede y deseas cambiarlo lo primero que necesitas saber es que esas conclusiones están siendo generadas por tu mente y no obligatoriamente tienen que ser verdad. Muy posiblemente es tu mente la que te lleva a verte y evaluarte de una manera equivocada.
Vivimos muy identificados con nuestra mente y por eso casi todo el tiempo nos estamos creyendo lo que pensamos sobre nosotros mismos y rara vez nos cuestionamos si es verdad.
La relación con mi mente siempre fue muy complicada, solía ser esclava de pensamientos muy negativos y autodestructivos, tendía a compararme con los demás, no me creía suficiente buena en lo que hacía y lo peor era que casi todo lo acostumbaba a callar y al reprimir estas emociones por varios años llegue a un momento muy crítico en mi vida.
En el momento que más cansada estaba de tanto ruido mental que solo me abrumaba, toqué fondo y mi cuerpo enfermó. Fue desde entonces que tratando de encontrar la causa de mi enfermedad conocí la importancia de lo que estamos pensando la mayor parte del tiempo.
Me apropié del cáncer que llego a mi vida y comencé una tarea de investigación acerca de las enfermedades, sus orígenes y causas, aprendiendo así que estas no solo nacen de malos hábitos alimenticios, sedentarismo, herencias o de lo que siempre nos han contado. La verdad es qué hay un factor clave para el desarrollo de cualquier enfermedad o molestia. Esta comprobado que la mente y el cuerpo son aliados poderosos, nuestra forma de pensar puede afectar positiva o negativamente nuestra salud. Estamos siempre creando nuestra vida a partir de lo que pensamos y sentimos, los pensamientos cuando son persistentes en el tiempo, los convertimos en emociones y ahí es cuando más nos afectan para bien o para mal.
Las enfermedades son grandes maestras, el cuerpo grita a través de ellas cuando algo dentro de nosotros necesita atención. Al vivirlo aprendí que son una alerta que nos lleva a mirarnos internamente para descubrir qué definitivamente hay algo en lo que se debe trabajar para sanar.
Comencé así el maravilloso proceso de auto conocerme, a estudiar mis patrones de pensamiento, principalmente como me trataba a mi misma, conscientemente empecé a renunciar a todos los pensamientos que me generaban malestar, ¿Como lo hice?, Solté la idea de que mi mente jugaba en mi contra y la hice mi mejor aliada; teniendo en cuenta que la mente consciente sólo puede tener un pensamiento a la vez, sea negativo o positivo, pues ella nunca se queda en blanco, su tarea es precisamente pensar, me enfoque en deshacerme de pensamientos negativos derribándolos y reemplazándolos con positivos.
Así poco a poco fui liberándome de todo pensamiento que me autolimitaba, abracé mis defectos, solté las autocriticas y no me identifiqué mas con esa voz interior que tenemos todos, que a veces o muy a menudo, como era mi caso, nos habla para incomodarnos.
Mi enfoque se volvió en vivir el aquí y el ahora, pues la mente al no ser tan amiga del presente, nos mantiene anclados a un pasado lamentándonos por lo que no hicimos o aferrándonos a un futuro preocupados por lo que podría pasar.
Convertir la mente en mi mejor empleada se volvió mi propósito, ya que ella como jefa había sido la peor y aunque se que siempre va a querer tener la razón, he aprendido a convivir con ella de la manera más sana posible. Cuando me intenta bombardear, la escucho sin identificarme, respiro, desvío mi atención a algo más, como a mi cuerpo, a lo que estoy haciendo en el momento, y así al no darle toda la atención, no toma suficiente fuerza y se aquieta, algunas veces más fácil que otras pero siempre al final vuelve la calma.
Entender que los pensamientos siempre van a estar y que ellos son los que crean nuestras emociones es clave para mejorar nuestra vida.
Conocer nuestra mente es gestionar bien nuestras emociones y así lograr enfermarnos menos, pues en una mente armoniosa y por ende un cuerpo armonioso hay mínimas posibilidades de enfermarse.
Siempre existe la posibilidad de cuestionarnos lo que pensamos para diseñarnos un mejor camino. Tú mente tiene un poder extraordinario, no permitas que se convierta en tu propio obstáculo.
Natali Herrera