El ocho de septiembre de 1799, estas montañas orientales vieron nacer a quien sería hasta ahora, el más joven, ilustre y valeroso militar de Colombia y América del Sur. Héroe de héroes, a quien sin dudarlo debemos nuestra gloriosa y honrosa emancipación política: José María Córdova Muñoz.
Hijo legítimo del matrimonio entre don Crisanto y doña Pascuala, hermano de Venancia, Salvador, Vicente, Mercedes y Mariana; José María Córdoba Muñoz, el mayor de los hombres, nació en el entonces recién erigido pueblo de Concepción, donde fuera bautizado 5 días después y viviera sus primeros tres años de vida.
Pocos meses luego de vivir en el inclusive pueblo de San Vicente, la familia Córdoba Muñoz se traslada en busca de mejores oportunidades académicas a la hidalga Ciudad de Rionegro, lugar del cual, una vez Córdoba pisara estas tierras, su corazón y su espíritu nunca olvidarían.
La hospitalidad, el buen clima y el reconocimiento de sus moradores, hicieron que Rionegro significara para Córdoba su permanencia en la formación académica y militar, sus mejores y peores momentos personales. Rionegro fue la ciudad de sus sueños, de sus amores por la patria, la ciudad que mereció recibir en prueba de su leal afecto y cariño 24 hojas de laurel y 12 del palma enmarcados en una corona de oro y piedras preciosas.
«En Concepción el héroe vino a la vida y en Rionegro cultivó su espíritu y formó su corazón para las grandes hazañas que lo hicieron inmortal”.
José María Córdova, 8 de septiembre de 1799 – 17 de octubre de 1829
Oleo original, Por Pica.
Por: Daniel Arbeláez