“Un pueblo nace, no se hace”

Tapa pinches, ponchos y carrieles llevan los hombres, tocados de flores, canastas y alpargatas adornan a las mujeres, ambos lucen orgullosos sus alpargatas, sus sombreros y su tradición. Un suave compás de un pasillo y se acercan al público; el campesino vocifera firme como su raza: “El paisa es un hombre dueño de su propia idiosincrasia, prototipo del hombre emprendedor. Aventurero, laborioso, sagaz en los negocios, enamorao, jugador y pendenciero…” la función ha empezado.

«El Peñol, dos pueblos una historia» es una puesta en escena de la Corporación Teatro Encarte del municipio de El Peñol, bajo la dirección de David Tapias Usme, basada en una profunda investigación de la historia de El Peñol y del sainete popular antioqueño. Escrita en el año 2013 en el programa Dramaturgia en el espejo, escribe tu propia realidad del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia. Fue llevada a la escena en octubre del año 2016 y como todas las creaciones de este colectivo artístico, inicia con un pequeño monólogo; una actriz se lanza, dispuesta a volar, a contar su historia a los turistas que visitan la Réplica del Viejo Peñol. En ese acto de comunicación empezó el viaje, con el tiempo fueron cuatro sainetes interpretados por cuatro actores y llegarían a presentarse más de 2.500 funciones en este espacio, convirtiéndolo en la cuna de su creación.

Esta obra es un recorrido por los mitos y las leyendas del viejo Peñol, coplas, dramaturgias y refranes populares, lo mejor de las costumbres antioqueñas contrastado con el drama de una comunidad que ve inundar su pueblo para dar paso a la construcción del embalse más grande del país.

El municipio de El Peñol fue inundado en el año de 1978 por Empresas Públicas de Medellín para dar paso al proyecto Hidroeléctrico del Río Nare. Esta obra trajo consigo muchos problemas sociales, políticos y culturales de los cuales la comunidad Peñolense aún no se recupera, a pesar de haber logrado hace 41 años la construcción de una nueva cabecera.

El Museo Histórico de El Peñol preservó y difundió el relato hasta llegar a los oídos de un equipo de artistas escénicos que se emocionó, se enamoró y quiso contarla para el mundo.