. En el marco del Día Mundial del Oso Andino, la Fundación
Grupo Argos ratifica su compromiso con la conservación de esta importante especie por
medio del programa Conservamos la Vida. Este proyecto, en alianza con Parques Nacionales
Naturales de Colombia, Wildlife Conservation Society (WCS Colombia), Fundación Julio Mario
Santo Domingo, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y la Fundación
Smurfit Kappa Colombia, busca, entre muchas acciones, la protección del hábitat del Oso
Andino en áreas priorizadas de la Cordillera Occidental de Colombia.
Una de las acciones centrales que promueven estas instituciones para conmemorar este día
es la campaña #PonteLosAnteojosPorLaVida, que busca generar conciencia en todo el
territorio nacional con acciones que invitan a conocer más sobre el Oso Andino y la
importancia de su conservación. La Fundación Grupo Argos, además de vincularse con esta
campaña y premiar la participación de los usuarios en redes sociales, también celebrará con
las comunidades de los municipios El Águila y Dagua, en el Valle del Cauca, y El Tambo, en el
Cauca, que participan del programa Conservamos la Vida y han comprendido que el oso es
una fundamental para el equilibrio de los ecosistemas.
“Desde la Fundación Grupo Argos reconocemos la importancia del Oso Andino para los
ecosistemas colombianos y la protección de otras especies en el país y la Región Andina. Es
por esto que desde 2015 venimos trabajando fuertemente en la restauración de áreas
privadas y públicas que permitan expandir zonas para el núcleo de conservación del oso, así
como en la generación de consciencia en las comunidades que habitan cerca y en los
colombianos en general, teniendo en cuenta que estos son actores primordiales en la
protección de esta especie”, afirmó Ana Mercedes Villegas, Directora Ejecutiva de la
Fundación Grupo Argos.
En Conservamos la Vida, la Fundación Grupo Argos ha invertido alrededor de 1.500 millones
de pesos, cifra que se duplica en alianzas con otras entidades, lo que ha permitido promover
una convivencia armoniosa entre el oso y las comunidades que habitan en su territorio. Lo
anterior, se logra por medio de actividades como el “diálogo de saberes” con los pobladores