Un Héroe sin capa que habita la Esparta colombiana

 

como si se tratase de un superhéroe, Rubén Darío Vásquez, más conocido como “Rubencho”, todos los días salvaguarda los derechos de quienes al igual que él, por circunstancias de la vida, padecen algún tipo de discapacidad y les toca enfrentarse a diario con la indiferencia de muchos. Este Marinillo de 26 años, nació prematuro, con solo seis meses de gestación, Rubén se podría considerar un milagro, dado que los casos en que un bebé con tan pocas semanas logra sobrevivir son escasos, circunstancia que lo hace padecer de parálisis cerebral, la cual inhabilita su sistema motriz y por ende su movilidad.

Trabaja como vendedor informal, labor en la cual se hace común verlo conversar con la comunidad y las personas que aportan su granito de arena, adquiriendo alguna de las boletas que ofrece. Es laico comprometido, labor social que lo ha llevado a asumir un alto grado de sensibilidad frente a sus demás paisanos, que al igual que él, su desplazamiento por las calles de Marinilla y el Oriente se hace difícil, más cuando no existen muchos lugares con infraestructura adecuada para el uso de personas con movilidad reducida como rampas, elevadores, señalización. “Yo quisiera que todos entendieran que somos personas normales, con todas la capacidades necesarias para desempeñarnos en el campo laboral, académico y social, mi condición es complicada, por eso entiendo los problemas que alguien como yo puede presentar, especialmente para movilizarse; si hablamos de inclusión, deberíamos comenzar por ello, adecuando estos mecanismos en el transporte, los sitios públicos y los parques. Por último, mi causa está totalmente comprometida en buscar más oportunidades para las personas en condición de discapacidad, yo replico este lema: “la discapacidad no te hace menos persona, te hace con más capacidades para seguir adelante”, manifiesta Rubén, quien en un futuro le gustaría convertirse en referente social y espiritual para los Marinillos.

En la realización de este reportaje, evidenciamos el mal estado en que se encuentra la silla de ruedas eléctrica en la que Rubén se desplaza, por lo que invitamos a quienes quieran ayudarlo a reponer o arreglar su silla, a contactarlo en el Celular: