Benjamin Lanyon, profesor de la Universidad de Innsbruck (Austria), dio un paso
de gigante hacia la creación de un nuevo tipo de internet: transfirió información a
través de una fibra óptica de 50 kilómetros utilizando los principios de la física
cuántica.
En física cuántica, la información no se organiza en unidades de datos —dígitos
binarios— almacenados y tratados por ordenadores, como ocurre con la actual red
informática mundial. La física cuántica estudia las propiedades e interacciones de
moléculas, átomos y partículas aún más pequeñas, como electrones y fotones.
Los bits cuánticos, o cúbits, abren la puerta a la posibilidad de transmitir la
información de forma más segura, dado que las partículas cambian de estado por
el mero hecho de observarlas y medirlas. Esto significa que siempre se detectaría
cualquier acto de espionaje. Lanyon afirma que su trabajo hace que el internet
cuántico sea factible a nivel metropolitano, tras lo cual se abordaría su uso en
distancias interurbanas más largas. “Podemos concebirlo a escala de gran
ciudad”, señala.
Este gran avance es fruto de un proyecto de investigación financiado con fondos
de la Unión Europea, cuyo objetivo es acercar el internet cuántico. Este proyecto,
denominado Alianza de Internet Cuántico (QIA, por sus siglas en inglés), reúne a
institutos de investigación y empresas de toda Europa. La iniciativa recibirá fondos
de la Unión Europea por valor de 24 millones de euros a lo largo de un periodo de
tres años que concluirá en marzo de 2026.