Dos familias rionegreras, muy cercanas entre ellas, comparten el amor y compromiso por el cuidado de los animales, por eso desde hace algunos años tienen en su hogar a dos mascotas de la raza chihuahua quienes se han encargado de mantener vigente esa unión.
Todo empezó con Doki, un perro de siete años que llegó al hogar de Mariela del Socorro cuando su esposo se encontraba laborando en el sector Llanogrande de Rionegro y un habitante del lugar decidió regalárselo. Entonces fue acogido por este hogar donde le han dado excelentes cuidados, convirtiéndolo en un miembro más de la familia.
Hace un año Doki tuvo una camada de cachorros con otra perrita de su misma raza, y la familia se quedó con una cachorra a la cual llamaron Mía, una nueva integrante del hogar que resaltaba las características de los chihuahuas “pues tiene un carácter afectuoso y una muy buena relación con los niños y los adultos, además de ser muy tierna y cariñosa”, cuenta doña Mariela.
Pero tiempo después, por cuestiones de espacio, y ya que la familia de esta mujer tenía una tercera mascota que en ocasiones lastimaba a Mía, por ser la más pequeña, debieron dar a la cachorra en adopción a una familia vecina. Afortunadamente, cuenta la señora Villa Salazar, los dos grupos familiares son muy cercanos, por lo que actualmente pueden disfrutar conjuntamente de sus mascotas, aunque no vivan juntas.
De hecho, periódicamente acuden con ellas al veterinario, les realizan un adecuado aseo y las consienten permanentemente con caminatas diarias, todo por el bienestar de sus compañías caninas que se han convertido en un motivo más para mantener los lazos de amistad.