Clotilde es una criollita que llegó al hogar de Jairo Marín cuando tenía dos años,
después de recorrer las calles sin rumbo y haber sido recogida por una sobrina
suya. Hoy, después de muchos años, es un animal muy sumiso y disciplinado para
hacer sus necesidades fuera del hogar.
Cuenta don Jairo que teniendo cinco años y estando en celo, se escapó de la casa
en plena pandemia y llegó embarazada y posteriormente les dio el gran regalo de
ocho cachorros que nacieron con buen estado de salud, los cuales fueron
adoptados por diferentes familias que hoy tienen buen cuidado de ellos. Es muy
nerviosa con los truenos y con la pólvora y cuando eso ocurre, se refugia debajo
de las camas y no hay forma de sacarla de ahí.
Pero en tiempos de calma, Clotilde es feliz echada en su tapete, pues tiene como
hobby morderse su pata derecha y por eso permanece allí la mayor parte del
tiempo.
Sin embargo, como los primeros años de vida del animalito transcurrieron en las
calles, abandonada a su suerte, parece que no olvida esa época y todavía prefiere
la calle que cualquier cosa. “Ahí no hay amo, no hay comida, no hay mecato que
la controle y cuando sale a la calle ella es feliz, pero siempre regresa al hogar que
la acogió”, cuentan los familiares de don Jairo.
