Tomás es un gato criollo que llegó a la vida de sus amos cuando tenía un mes de
nacido, gracias a una amiga de la familia que apreció que con la muerte de su
anterior mascota, los niños quedaron muy tristes.
Como cachorro era muy juguetón pero ahora lo consideran perezoso, ya que la
mayor parte del día la pasa durmiendo, no le gusta pararse de la cama sino
cuando llega la noche que aprovecha para saltar cuanto obstáculo haya en la
casa, como si enloqueciera y en la madrugada vuelve a la cama y si la puerta del
cuarto del niño está cerrada, la araña hasta que le abran.
Tiene una oreja volteada hacia atrás, debido a que una noche, cuando salió a una
manga a hacer sus necesidades, se la cortó con un alambre de púas y tuvo que
permanecer durante dos días con el veterinario. La oreja quedó completa, pero
hacia atrás y eso lo caracteriza.
Además tuvo una infección urinaria que también lo llevó nuevamente al veterinario
y ahora tiene que comer un concentrado medicado y en porciones de poca
cantidad.
