La vitrificación es una de las técnicas que desde hace varios años ha revolucionado el proceso de congelación de ovocitos (célula germinal femenina que está en proceso de convertirse en un óvulo maduro). Este proceso tiene como finalidad aumentar la fertilidad con la implementación de sustancia químicas y un posterior e inmediato proceso de congelación.
Esta técnica es muy utilizada por mujeres que, por cuestiones profesionales u otro motivo, desean postergar la etapa de ser madres, pero no quieren perder la fertilidad de una mujer joven; también es utilizado en pacientes con enfermedades como el cáncer en el que un tratamiento de quimioterapia podría afectar la fertilidad, por eso deciden someterse a este procedimiento que consiste en recolectar una gran cantidad de óvulos.
En las primeras semanas del tratamiento deben inyectarse una sustancia que les permitirá la máxima ovulación, después, mediante una intervención quirúrgica, succionan los óvulos y los almacenan en pequeños grupos, -por ejemplo, de a tres-, para que en el momento de descongelarlos no se descongelen todos.
En las extracciones se pueden sacar un número amplio de óvulos, en ocasiones son unos 30 donde sobreviven aproximadamente 28 de estos, es decir, 28 posibilidades de engendrar un hijo. Estos óvulos pueden permanecer hasta 100 años congelados en nitrógeno líquido y la mujer puede decidir cuándo ser madre sin importar haber pasado su edad de mayor fertilidad, pues ya no tendrá a su hijo con los óvulos que tiene actualmente, sino con unos más sanos y fértiles que congeló en el pasado.