Para mí el verdadero motor de mi trabajo, es el SER HUMANO porque me permite, a través de la fuerza, el trazo y el gesto, representar un abanico inmenso de posibilidades, como lo es el erotismo, la calma, la violencia, el desentreno, el odio, y muchísimas cosas más, es como un gran actor, que puede representar todos los papeles que se dan en la vida por eso, el ser humano, es quien mueve mi obra todo cuanto pueda colocar alrededor es anecdótico, es solo algo que acompaña la continuidad del mismo ser, por eso doy gracias a Dios, por todo eso, además siempre recuerdo lo que dijo el poeta “somos seres humanos, peor cosa, no podemos ser”.