Antes de adoptar o adquirir un animal de compañía, hay que tener en cuenta ciertas consideraciones, pues no es una decisión que deba tomarse a la ligera, en especial si en el hogar hay niños o se pretende que esta sea la compañía de ellos.
Muchos padres se ven motivados a que sus hijos tengan la oportunidad de compartir tiempo y espacio con un animal de compañía debido a los inmensos beneficios que aportan: les enseñan rutinas, crean hábitos de responsabilidad y organización, ayudan a que los niños sean personas más sociables y amigables con su entorno y generan sentimientos de empatía, entre muchos otros.
Sin embargo, antes de llevar uno a convivir en casa, los padres suelen tener dudas: ¿Cuál es la mejor especie para un niño? ¿Existe una raza más adecuada que otra para convivir con niños? ¿Puede un niño con asma o problemas respiratorios tener una mascota?
Sin importar si es un perro o un gato, es importante que todos los niños tengan contacto en algún momento de su vida con alguno. Incluso es importante que puedan conocer y tener contacto con otras especies animales como vacas, caballos, cerdos, gallinas y conejos. Esto ayudará a crear una conciencia ambiental, reforzar los conocimientos aprendidos en las aulas y también expondrá el sistema inmune de los menores a diferentes estímulos.
Para esto se pueden visitar los parques o granjas existentes en todo el país y que ofrecen experiencias con animales domésticos; incluso tienen actividades de inmersión en la vida de una granja.
Tener un animal de compañía implica una responsabilidad para toda la vida y no solo desde el cuidado, sino también desde lo económico, de espacio, de tiempo, de paciencia.